Si las personas conocieron el peso de las palabras creo que le darían mayor valor al silencio. El lenguaje no es inocente, el lenguaje genera consecuencias, las palabras son dinámicas están en permanente transformación. Transformamos y nos transformamos a través del lenguaje (de las palabras). Fíjate en estos ejemplos:
Te ha pasado que dices algo, un comentario a otro y después te dices a ti mismo: yo para que dije eso? Ó te haces una retroalimentación responsable y te dices herí a alguien, hablé más de la cuenta, he debido quedarme en silencio o cuentas algo y luego te acuerdas que era confidencial.
Te ha pasado que hablas, quieres decir algo y te interpretan de otra manera y tú dices: “eso no fue lo que yo quise decir”. Te ha pasado que alguien te hace algún comentario y te sientes mal ó te dices a ti mismo: “yo no estoy pidiendo tu opinión, por qué esta persona opina de lo que yo no le estoy preguntando?”.
Te pasa que emites juicios de alguien sin fundamento alguno, calificas a alguien, lo condenas, y quizás dices: “metí la pata con lo que dije en una reunión familiar, reunión grupal” y los que te escuchan se quedan en silencio nadie pregunta ó dices nada.
Gran cantidad de relaciones se dañan por las conversaciones que se tienen o las que no se entienden, qué tanto observas como hablas? Qué impacto genera lo que dices? Has observado que una simple palabra puede modificar una relación? Cuando digo modificarla es arreglarlas o dañarla, por ejemplo; “perdón”, “gracias”, “me equivoqué”, “te amo”, “cometí un error”, “quiero aprender”, “reconozco mi ignorancia” ó “discúlpame”.
Te das cuenta que en cada familia se conversa distinto, en cada cultura, en cada país. Las mismas palabras, no para todos significan lo mismo, has observado que distingue la nacionalidad de una persona? De qué país es por la forma como habla, por el tono que tiene, por la expresión de algunas palabras. Te ocurre que un médico usa un lenguaje diferente a un abogado o a un carpintero o a un profesor de niños… si te das cuenta que permanentemente dices cosas, te hablas y desde ahí te construyes tus propias historias y a veces te las crees. Sí, eso es lo peor, que a veces te las crees. Y tú mismo te la imaginaste, si te das cuenta que los conceptos son como los ombligos; todos tienen uno y son diferentes y a veces hay ombligos parecidos. Conceptos, interpretaciones parecidas.
Las experiencias se narran de una forma y cada quien frente a la misma experiencia va y cuenta esa experiencia de una forma distinta. Cuando hablas te quedas con tus palabras en los conceptos y no en la acción solamente, es conceptual, por ejemplo, de qué sirve tener conceptos si no hay acción. Decimos que las palabras generan acción, muchas personas están paralizadas en sus vidas porque no han evaluado las consecuencias de sus conversaciones, de eso se trata esta reflexión; las conversaciones.
El lenguaje determina la vida que llevas, si me preguntara qué vínculo tienen las conversaciones con las relaciones diría que es un contacto estrecho, quizás para rescatar una relación lo que se necesita es una buena conversación. Hay conversaciones que están cargadas de peleas, discordia, juicios, culpas, únicas verdades; “yo tengo la razón”. Y desde ahí difícilmente se podrán dar resultados positivos. ¿Cómo son tus conversaciones? en varias ocasiones he venido insistiendo en la importancia de leer, porque una lectura también es una conversación. Por ello es importante reflexionar: ¿qué es lo que me estoy diciendo a través de las lecturas que estoy escuchando? Es como escuchar al escritor que hizo el libro. Si soy una persona que jamás lee, seguramente habrá muchos vacíos para resolver problemas de esos que plantea la vida permanentemente. A todos nos pasa, el vivir humano se manifiesta en eso, en conversaciones.
Hay quienes hablan de un pasado descargado de añoranza, de frustración, quizás resentimiento o también un futuro colmado de esperanza o temor y ello determinará como cada quien está parado en la vida. Lo que un ser humano habla, escribe, piensa pertenece a la vida y de ahí la importancia de reflexionar.
Cuáles herramientas lingüísticas poseo para transformar mi vida y la de otros. Si tienes dificultades en tu vida que no has resuelto, qué pasaría si te preguntaras si gran parte de esa dificultad es por la forma en como conversas? Te hace sentido la pregunta? Y es que al decir si hace sentido es que a través de las palabras conferimos o no sentido. Puedes escuchar a algo, leer algo, tener una conversación…más si no le das sentido, si no te hace sentido, es una conversación en la que no pasó absolutamente nada!
El otro aspecto es que con las palabras construyo relaciones. Construye relaciones y además generas acción, pasa algo, las palabras hacen que pasen cosas o que no pasen. Y eso también es una consecuencia por lo tanto la calidad de tu vida depende de la calidad de tus conversaciones. Deseas tener mejor calidad de vida, bienestar, buenas relaciones, tomar decisiones…..pregúntate cómo conversas, qué necesitas aprender y te darás cuenta que incluso para conversar se necesita aprender de algo que todo mundo conoce pero no aplica el silencio. Escuchar, reflexionar hacerse cargo de los juicios que emites a los demás (incluso los juicios que haces de ti mismo).
Tener conversaciones de experiencia en lugar de conversaciones de error. Así como en un gimnasio se invita a quienes lo visitan a construir un nuevo cuerpo, mi invitación hoy es a construir nuevas conversaciones que te lleven a estados emocionales más nutritivos, más pacíficos, más felices… Espero haya gustado esta lectura, que la valentía te acompañe en la capacidad de rediseñar tu forma de hablar, de conversar, de encontrarte contigo mismo y con los demás.