El mundo actual nos propone como solución a la felicidad y a la autorrealización un incesante y exhaustivo hacer. Se nos bombardea siempre buscar hacer más y más. Que vayas por metas cada vez más grandes. Creo que es una creencia de un sistema hiperconsumista en el que vivimos y que prioriza la productividad sobre todo.
El problema de esto es que interiorizamos estas “leyes de productividad” y nos sometemos a estas mismas, por lo que también tenemos que ser productivos y nos medimos con esas métricas. Entonces tengo que hacer, y hacer, y hacer, o sino, no soy productivo.
Y en el momento en el que finalmente termino agotado, como dice Byung-Chul Han; "como ahora no hay límites, el cansancio es el que se viene a imponer para detenernos". Y de pronto llega nuestra humanidad a decirnos: "Detente, ya no puedes más, porque eres ser humano". Ese es justamente el absurdo del hombre productivo; ese intento de tratarse como máquina siendo humano. Byung-Chul Han menciona también que ahora nos autoexplotamos a nosotros mismos, creyendo que nos estamos autorrealizando
Y es irónico, ¿cierto? Porque nuestra vida es aquello que pasa entre una meta y otra. Porque los destinos son efímeros, pero el camino es eterno. Las metas se esfuman, porque cuando logras una, ya quieres otra. El camino es eterno. Y si en ese camino nos estamos autoexplotando a nosotros mismos, poco de libertad tenemos.
Para mí, eso no es autorrealización, eso es esclavitud, y de una forma mucho más sutil. Mucho más impactante porque ahora, la cara de tu opresor eres tú mismo. Tú mismo te estás reprochando, porque no hiciste lo suficiente para lograr algo, por no haber sido productivo un día, por no haber tenido ganas de hacer algo en un día.
Tú eres tu propio verdugo.
No creo que se necesite hacer más y más, simplemente creo que le necesitamos dar un valor a la "no acción". La acción y la no acción, están conectadas y ambas se alimentan mutuamente. El silencio, el descanso y la contemplación, también esconden un tesoro de respuestas que nos ayudan a un mejor hacer, un "saber hacer", que esto es muy diferente de un "hacer de más". Creo que necesitamos simplemente saber hacer y no hacer de más. Para ello necesitamos darle su lugar al descanso, a la contemplación, al silencio, al detenimiento.
Te invito a darle su lugar a esta parte, a darle su lugar a la "no acción". A no reprocharte por si un día no tienes ganas de hacer nada y a escuchar tu cuerpo, escuchar lo que te tiene que decir, a detenerte. Insisto, detrás de todo esto se esconde una luz, que nos puede iluminar para darle un mayor significado, y una mejor dirección a nuestros actos, y a nuestra vida.
"En un mundo adicto a la velocidad, la lentitud es un superpoder"