Este artículo (y su segunda parte) lo estoy haciendo para mí mismo, para mi futuro, si es que me pierdo en lo que quiero lograr en la vida. Tendré este artículo para volver a ordenarme.
El título del libro suena casi a una deuda que se paga en el banco, donde se termina siempre pagando mucho más dinero del que se pidió, y efectivamente lo es, pero esta vez nosotros siendo el banco financiando nuestra mejor versión.
El Efecto compuesto | Multiplica tu éxito de forma sencilla Hardy, Darren
Si bien, en este artículo (y su segunda parte) pretendo extraer las mejores ideas del libro, recuerda; la mejor forma de perderse algo es leer resúmenes. Así que te recomiendo leer el libro aquí (yo lo leí en formato kindle). En este artículo se abordan los primeros 3 capítulos:
Capítulo 1. El efecto compuesto en acción
Capítulo 2. Elecciones
Capítulo 3. Hábitos
Capítulo 4. MomentumCapítulo 5. InfluenciasCpaítulo 6. Aceleración
Capítulo 1. El efecto compuesto en acción
El efecto compuesto consiste en cosechar grandes beneficios basados en una serie de pequeñas pero inteligentes decisiones. Estas pequeñas decisiones casi no nos proporcionan ningún resultado inmediato, ni grandes logros y aún menos beneficios evidentes.
Por ejemplo, muchos dejan de trotar después de ocho días, porque siguen con sobrepeso; también hay quienes dejan de contribuir al plan de pensiones (ahorro voluntario) después de varios años, porque su fondo de ahorros no parece aumentar demasiado. En otras palabras, muchos no se dan cuenta de que esas pequeñas decisiones que, a primera vista, parecen insignificantes, a la larga, marcarán una gran diferencia.
Pequeñas elecciones acertadas + Constancia + Tiempo = DIFERENCIA RADICAL
El atractivo del efecto compuesto reside en su simplicidad. Observa que, en la parte izquierda de la gráfica, los resultados son imperceptibles. Sin embargo, después, la diferencia entre ellos es sustancial. Los comportamientos son iguales todo el tiempo, pero al final, la magia del efecto compuesto irrumpe para crear enormes diferencias en los resultados.
El efecto compuesto siempre está funcionando. Está en ti decidir que funcione a tu favor o ignorarlo y sufrir consecuencias negativas. No importa dónde te encuentres ahora en esta gráfica. A partir de hoy mismo, comienza a introducir pequeños cambios positivos en tu vida y deja que El efecto compuesto te lleve hacia donde deseas llegar.
Capítulo 2. Elecciones
PIENSA, LUEGO ACTÚA
Acabas de ingerir a toda prisa un refresco y un paquete de papas fritas y, de repente, justo cuando te has comido la última papa, caes en cuenta que acabas de estropear todo un día de dieta sana y que, fuera de eso, ni siquiera tenías hambre.
O te encuentras absorto en tus pensamientos y pasas dos horas viendo televisión basura y te acuerdas de que deberías estar preparando una presentación muy importante para conseguir un preciado cliente; o le mientes a un ser querido sin motivo alguno, cuando era mejor haberle dicho la verdad.
¿Qué es lo que está pasando? Te estás permitiendo elegir sin pensar. Así, mientras sigas tomando decisiones de manera involuntaria, no podrás elegir conscientemente cambiar ese comportamiento tan ineficaz para convertirlo en hábitos productivos.
RESPONSABILIDAD AL 100 %
En un seminario me introdujeron la noción de responsabilidad personal;
“¿Qué porcentaje de responsabilidad compartida es necesario para que una relación funcione?”
Yo dije: “50/50”. Una respuesta apenas obvia, ya que ambas partes deben estar dispuestas a compartir la responsabilidad equitativamente. Otro gritó: “51/49”. Su razonamiento consistió en que debes estar dispuesto a dar más que la otra persona. ¿Acaso no son el sacrificio y la generosidad los cimientos de una relación? “80/20”, propuso otro.
Habiendo escuchado estas respuestas, el profesor se volvió hacia la pizarra y escribió en números negros bien grandes: 100/0. Luego, dijo: “Tienen que estar dispuestos a dar el 100% sin esperar nada a cambio”. Y añadió: “Una relación funcionará solo cuando estemos dispuestos a asumir el 100% de la responsabilidad para que así sea.”
Te reto a que hagas lo mismo. Asume la responsabilidad total de todo lo que te ocurra, ya sea bueno o malo, triunfo o fracaso. Admítela.
Mi mentor Jim Rohn decía: “Cuando asumes toda la responsabilidad de tus actos es cuando dejas de ser un niño y te conviertes en un adulto”. Por consiguiente, ¡hoy, has dejado de ser un niño!
De ahora en adelante, elige ser responsable de tu vida al 100%. Olvida las excusas. Acepta que tus decisiones te hacen ser más libre, siempre y cuando asumas la responsabilidad de haberlas tomado.
EL ARMA SECRETA: ANOTAR
Es tu turno de elegir un aspecto de tu vida en el que desees triunfar. ¿Quieres aumentar tu cuenta bancaria? ¿Adelgazar? Para ayudarte a ser consciente de tus decisiones, quiero que anotes todas las acciones relacionadas con ese aspecto específico de tu vida que anhelas mejorar.
Si se trata de saldar deudas, anota cada céntimo que gastes. Si tu meta es adelgazar, anota todo lo que comas. Si tu objetivo es entrenarte para un evento de atletismo, anota cada paso que des, cada sesión de ejercicios que hagas.
Es decir, lleva siempre contigo un bolígrafo y una pequeña libreta de bolsillo. Tendrás que escribirlo todo, día tras día, sin excusas, ni excepciones. Ya sé que anotar cosas en un papelito no parece gran cosa. Sin embargo, una de las claves del éxito que he acumulado fue anotar cada avance y cada equivocación. El proceso te obliga a ser consciente de tus decisiones. Como diría Jim Rohn: “Lo que es fácil de hacer es también fácil de no hacer”.
El truco no está en la complejidad de la tarea, sino en repetirla el tiempo suficiente para que aparezca el milagro del efecto compuesto.
Anotaremos una costumbre durante una semana. Escoge la que ejerza más control sobre ti y ese será tu punto de partida. Imaginemos que la categoría que has elegido es controlar lo que comes, debido a que quieres adelgazar. Tu tarea será anotar todo lo que te lleves a la boca: el filete, la ensalada de la comida y todo lo que piques durante el día: los saladitos de la oficina, el queso extra de alguna merienda, las golosinas, la degustación del supermercado, los sorbos extra de vino cuando el anfitrión te rellenó la copa. No te olvides de las bebidas. Todo cuenta, pero si no lo anotas, es fácil olvidarlo o pasarlo por alto, ya que parecen pequeñeces.
Escribir estas cosas parece sencillo, y lo es, pero solo cuando lo haces. ¿Cómo será la anotación? Será meticulosa en el sentido de organizada. Incesante en el sentido de constante. Cada día, escribirás la fecha al principio de la página y empezará tus anotaciones. ¿Qué ocurrirá después de una semana de hacerlas? Lo más probable será que te llevarás una gran impresión. Te asombrarás de la cantidad de calorías, dinero y tiempo que te pasan inadvertidos. No tenías ni idea de que existían, ni mucho menos de que desaparecieron. Sigue así, continúa anotando ese mismo aspecto de tu vida durante tres semanas.
Quizá, ya estás refunfuñando, porque no quieres hacerlo. Pero confía en mí, te sorprenderás tanto con los resultados que obtendrás después de tan solo una semana que querrás continuar haciendo ese mismo ejercicio durante otras dos más. Casi puedo garantizártelo.
¿Y por qué tres semanas? Los sicólogos afirman que las costumbres necesitan tres semanas de práctica para establecerse como tales. No es una ciencia exacta, pero es un punto de referencia y me ha funcionado muy bien. Por lo tanto, quiero que sigas con las anotaciones de tus comportamientos en el ámbito elegido durante 21 días.
¿Qué ocurrirá dentro de tres semanas? De la impresión inicial tras la primera semana pasarás a una grata sorpresa al ver cómo, al tomar conciencia de tus acciones, empiezas a moldearlas.
Capítulo 3. Hábitos
LIBÉRATE DE LA SATISFACCIÓN INSTANTÁNEA, PUES ES UNA TRAMPA
Si le dieras un mordisco a una Big Mac y cayeras al suelo de repente, víctima de un ataque al corazón, es casi seguro que no le darías un segundo mordisco a esa hamburguesa. Si la siguiente bocanada de un cigarro te arrugara la cara, dejándotela como la de un viejecito de 80 años, te aseguro que, al instante, dejarías de fumar. Si por no hacer esa décima llamada hoy te despidieran y cayeras en la bancarrota, tomar el teléfono y llamar sería la más sencilla de todas las tareas. Y si el primer bocado de un pastel le añadiera 20 kilos a tu silueta en un solo instante, despedirte de los postres sería la más fácil de las decisiones.
El problema es que la satisfacción inmediata derivada de los malos hábitos suele ser más fuerte que los razonamientos mentales que nos advierten sobre posibles malas consecuencias a largo plazo. Permitirnos esos malos hábitos podrían estar consolidando nuestra vida de tal modo que sea un continuo desastre.
Olvídate de la fuerza de voluntad. Ha llegado la hora de poner a funcionar el “poder de la motivación”. Tus decisiones solo tienen sentido cuando las conectas con tus deseos y sueños. Las decisiones más sabias y motivadoras son las que acercan a cada persona a lo que ella identifica como sus fines, su verdadero “yo” y sus valores más elevados. De manera que tú debes desear algo y saber por qué lo deseas, de lo contrario, terminarás dándote por vencido con gran facilidad.
Mientras no tengas claro cuál es tu deseo y tu motivación, abandonarás cualquier nueva ruta que hayas diseñado en aras de mejorar tu vida. Si el poder de tus motivos o deseos no es lo bastante intenso, si la determinación de tu entrega no es lo suficientemente sólida, acabarás como quienes hacen buenos propósitos en Año Nuevo, es decir, renunciarás a la primera oportunidad y volverás a tu práctica sonámbula de elegir mal.
Si no progresas tanto como te gustaría y sabes que eres capaz de hacerlo, eso significa que todavía no has definido bien tus objetivos
QUIÉN DEBES LLEGAR A SER
Una vez que nos hemos fijado los nuevos objetivos que deseamos lograr, es el momento de preguntarnos: ¿qué debo hacer ahora para lograr mi objetivo? Esta es una magnífica pregunta, pero no es la primera que necesita de una respuesta. La pregunta que debemos hacernos es: ¿quién debo llegar a ser? Es casi seguro que hayas conocido personas que parecen hacerlo todo bien, pero que no obtienen los resultados que desean, ¿verdad? ¿Y por qué será? Jim Rohn me enseñó lo siguiente:
Si quieres tener más, debes convertirte en alguien mejor. El éxito no se persigue, ya que, cuando perseguimos algo, nos esquiva. Es como intentar cazar mariposas. De manera que el éxito es lo que acabas atrayendo cuando te conviertes en esa persona que quieres ser
Lo que te separa de tus objetivos es tu comportamiento. ¿Qué comportamientos debes abandonar para que El efecto compuesto no te arrastre hacia un desastre? Y, por otro lado, ¿qué comportamientos debe introducir en tu vida diaria para cambiar tu actual trayectoria y debes dirigirte en una dirección más beneficiosa?
En otras palabras, ¿qué hábitos y comportamientos necesitas eliminar y añadir en tu vida? Tu vida se resume en esta fórmula:
TU ELECCIÓN + COMPORTAMIENTO + HÁBITO + COMPUESTO = OBJETIVOS (decisión) (acción) (acción repetida) (tiempo)
Por este motivo, es fundamental identificar los comportamientos que bloquean la ruta hacia nuestros objetivos y aquellos que nos ayudan a lograrlos.
¿Sabes con exactitud cuántas horas pasas frente al televisor cada día?
¿Cuántas horas pasas viendo noticias, los deportes y la moda, poniéndote al día en los objetivos y logros de los demás?
¿Sabes cuántas latas de refrescos te bebes al día o cuántas horas de trabajo no productivo pasas en el ordenador (Facebook, comentarios en línea, etc.)?
Como recalcábamos en el capítulo anterior, lo primero, es ser conscientes de nuestro comportamiento.
¿Cuándo empezaste a relajarte y a desarrollar un mal hábito involuntario que hoy te está llevando por el camino equivocado?
Si hay falta de coherencia entre lo que dices y lo que haces, siempre es más creíble lo que haces;
Si dices que quieres llevar una vida sana, pero tienes grasa de papas fritas en los dedos, creeré más en la grasa de las papas fritas que en ti;
Si dices que mejorar tu vida es una prioridad, pero pasas más tiempo con tu Xbox que en la biblioteca, creeré más en tu Xbox;
Si dices que eres un profesional entregado, pero llegas tarde a tu trabajo y sin prepararte, tu comportamiento te traiciona.
Por último, también dices que tu familia está por encima de todo. Sin embargo, si no la incluyes en tu apretada agenda de trabajo/negocios, lo que en realidad esto significa es que lo que afirmas con respecto a ella no es cierto.
CINCO ESTRATEGIAS PARA ELIMINAR LOS MALOS HÁBITOS
Los hábitos se aprenden. Por lo tanto, también se desaprenden. Si deseas navegar por tu vida en una nueva dirección, lo primero que debes hacer es abandonar los malos hábitos que te impidan avanzar. La clave está en hacer que tu motivo sea tan poderoso que logres reprimir el deseo de satisfacción inmediata.
1. Identificar los desencadenantes
¿Qué situaciones provocan tus malos hábitos?
¿Conducir el auto?
¿El momento antes de una evaluación de rendimiento laboral?
¿Visitar a tu familia política?
¿Las reuniones de trabajo?
¿Los entornos de socialización?
¿La inseguridad por tu aspecto físico?
¿Los plazos de entrega?
Vuelve a sacar tu libreta o elabora una hoja de trabajo que se llame “Acabar con los malos hábitos” y anota allí los desencadenantes. Esta tarea tan sencilla aumentará tu toma de conciencia de manera exponencial. Por supuesto, esto no es suficiente, como ya hemos mencionado. Ser más conscientes de un mal hábito no es suficiente para eliminarlo.
2. Limpiar tu casa
Lo digo en serio, en sentido literal y figurado.
Si quieres dejar de beber, tira a la basura cada gota de alcohol que tengas en casa.
Si intentas ponerles freno a tus gastos, cancela tus suscripciones a los catálogos y las ofertas de ventas que se cuelan por tu correo electrónico.
Si deseas comer de forma más sana, tira toda la comida chatarra que guardas en la despensa, deja de comprarla y no justifiques su compra. Créeme, toda tu familia se beneficiará. No traigas ese tipo de comida a casa y punto.
Deshazte de todo lo que fomente tus malos hábitos.
3. Buscar sustitutos
Observa de nuevo tu lista de malos hábitos. ¿Qué y cómo vas a hacer para cambiarlos y que no sean perjudiciales? ¿Puedes sustituirlos por hábitos más provechosos? ¿O es mejor descartarlos por completo y para siempre?
4. Tomarlo con calma
En el caso de algunos hábitos duraderos y muy enraizados suele ser más eficaz eliminarlos poco a poco. Después de todo, has pasado décadas repitiéndolos, fomentándolos y reforzándolos, por lo tanto, es prudente que te des el tiempo necesario para erradicarlos, paso a paso.
5. Lanzarse de golpe
No somos todos iguales. Algunos investigadores han descubierto que, contrario a lo que se piensa, hay gente a la que le resulta más fácil cambiar su estilo de vida si cambia muchos malos hábitos a la vez.
SEIS TÉCNICAS PARA ESTABLECER BUENOS HÁBITOS
Eliminar malos hábitos significa librarte de algo rutinario. Establecer hábitos nuevos y más eficaces requiere de habilidades diferentes. Debes plantar el árbol, regarlo, abonarlo y asegurarte de que esté bien arraigado. El proceso exige esfuerzo, tiempo y práctica.
John C. Maxwell, un experto en liderazgo, decía: “Tu vida nunca cambiará, a menos que cambies actividades que hagas a diario. El secreto del éxito se encuentra en la rutina diaria”.
1. Prepararte para triunfar
Los nuevos hábitos deben encajar tanto en tu vida como en tu modo de vivir. Si te inscribes en un gimnasio que está a 50 kilómetros de tu casa, seguro que no irás. Si eres una persona nocturna y el gimnasio cierra a las 6:00 de la tarde, no te convendrá. En definitiva, el gimnasio tiene que estar cerca de donde vivas y ajustarse a tu horario. Si deseas perder peso y comer sano, tendrás que asegurarte de que tu refrigerador y tu despensa contengan opciones sanas.
2. Añadir, no quitar
No se trata de lo que excluyes de tu dieta, sino de lo que añades en su lugar. Esta analogía él la aplica a todos los aspectos de su vida. En lugar de pensar en alimentos que debe excluir de su dieta (p.ej. “No puedo comer hamburguesa, chocolate o lácteos”), piensa en alimentos que sí puede comer (p.ej. “Hoy, comeré ensalada, verduras al vapor y unos higos frescos”).
¿Qué puedes tú “añadir” para enriquecer tu estilo de vida?
3. Hacer una demostración pública de responsabilidad
¿Quieres consolidar ese nuevo hábito que has elegido? Publícalo en Instagram, Facebook y Twitter. Haz circular la noticia de que ahora en tu vida manda otro y que ese otro eres tú.
4. Buscar el apoyo de un amigo
Hay pocas cosas con tanto empuje como dos personas agarradas del brazo encaminándose hacia una meta. Para aumentar tu posibilidad de triunfar, búscate un amigo, alguien ante quien tengas que rendir cuentas, que te ayude a consolidar tus nuevos hábitos y a quien puedas devolverle el favor.
5. Competencia y camaradería
¿Qué tipo de competencia amistosa podrías organizar con tus amigos, colegas o compañeros de equipo?
¿Cómo podrías inyectar rivalidad divertida y espíritu competitivo en tus nuevos hábitos?
6. ¡Hay que celebrar!
No es bueno sacrificarnos sin obtener beneficios. Debemos premiarnos cada mes, cada semana, cada día, aunque sea con algo insignificante. El caso es reconocer nuestro esfuerzo por mantener un nuevo comportamiento.
Puede ser un paseo, tomar un baño relajante o leer algo que nos divierta.
Para hitos más importantes, reserva un masaje o ve a cenar a tu restaurante favorito. Además, prométete una gran recompensa cuando consigas completar tu hazaña.
TEN PACIENCIA
Cuando abandones malos hábitos e introduzcas nuevos, recuerda que debes tener paciencia. Si has repetido el comportamiento que deseas cambiar durante 20, 30, 40 años o más, debes suponer que te llevará tiempo y esfuerzo antes de ver resultados duraderos.
La ciencia nos enseña que los modelos de pensamiento y acción, repetidos muchas veces, crean un diseño neuronal, “surco cerebral” o conjunto de neuronas interconectadas que transmiten los modelos de pensamiento de un hábito concreto. Los hábitos se benefician de la atención. Cuando les prestamos atención a nuestros hábitos, activamos el diseño neuronal, lo cual libera pensamientos, deseos y acciones relacionadas con ese hábito. Por fortuna, el cerebro es maleable. Si dejamos de prestarles atención a nuestros malos hábitos, esos diseños neuronales se debilitarán.
Cuando formamos nuevos hábitos, reforzamos los nuevos diseños neuronales con cada repetición hasta que estos dominan a los antiguos. Crear nuevos hábitos (y crear nuevos diseños neuronales) lleva tiempo. Ten paciencia. Si sufres un bajón, no le des importancia (no te tortures) y vuelve a la carga. No pasa nada, todos sufrimos contratiempos. Es cuestión de intentar otra estrategia que refuerce tu capacidad de entrega y tu constancia. Si sigues insistiendo, te beneficiarás bastante.